¿Sabes cómo y cuándo beber agua?

En el artículo anterior describíamos qué hace el agua en nuestro organismo y que beneficios nos aporta beber agua. Pero ¿sabemos qué tipos y cantidades diarias de agua son más idóneos para prevenir la deshidratación? A continuación, te explicamos también cuando y cómo beber agua para mejorar tú salud.

¿Qué tipo de agua es más recomendable?

Podemos encontrar diversos artículos que hacen referencia sobre qué tipo de agua es más adecuada, según su composición. Existen componentes con una mayor o menor mineralización, dependiendo de su grado de bicarbonatos. En diversos estudios realizados, se llega a conclusiones bastante dispares en relación a la influencia de la composición del agua en la formación de cálculos renales.

Ante esta diversidad de opiniones, lo que sí podemos aconsejar es el consumo de aguas minerales y desaconsejar el consumo del agua del grifo para la ingesta, por su alto contenido en cloro. Existen distintos estudios, con evidencia científica , sobre su efecto en la flora intestinal y en algunos casos en el aumento de la tensión arterial.

Si bebéis agua del grifo, es recomendable siempre dejarla reposar unas horas destapada, para que disminuya la cantidad de cloro o utilizar filtros específicos para este fin.

¿A qué horas y cómo es más recomendable beber agua?

En cuanto a la forma en la que se recomienda beber, desde el punto de vista fisiológico, es mejor hacerlo a sorbos por la mañana principalmente.

Durante la mañana, si nuestro metabolismo funciona correctamente, nuestros tejidos están más libres de toxinas. Por tanto, la penetración del agua en el interior de nuestras células será más fácil y conseguiremos una hidratación más efectiva.

Para evitar un aumento de la tensión arterial, es mejor beber a sorbos, para frenar el factor natriurético atrial que es un mecanismo que tenemos como protección cardiovascular. Así mismo, sí bebemos mucha agua de golpe, provocará que orinemos con más inmediatez. Lo que no permitirá que nos hidratemos de forma correcta.

Para evitar diluir y debilitar los ácidos digestivos, recomendamos beber agua entre las comidas.

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