Los síntomas más comunes que provoca la mucosidad son entre otros, la congestión, goteo, ojos llorosos, tos… Cuando esta mucosidad se infecta puede afectar en un inicio a la vía alta respiratoria con infecciones como la rinitis, faringitis, otitis, amigdalitis y en vías inferiores como la bronquitis, bronquiolitis, neumonía…
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