La estimulación cognitiva en ancianos es tan importante como el ejercicio físico o la alimentación. Al coexistir en estos centros diversas patologías y diversos niveles de deterioro se recomienda trabajar con grupos pequeños para poder atender a las necesidades de cada persona, pudiendo ampliar el grupo si se trata de personas con más capacidad de colaboración.
No se trata solo de estar todo el día pintando o recortando. También hay que estimular el lenguaje, hacer que se relacionen entre ellos, con los cuidadores, así como potenciar la memoria, denominación y la atención.
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