El síndrome de inmovilidad es una de las patologías más frecuentes que atendemos como fisioterapeutas del Servicio de Rehabilitación domiciliaria.
Este síndrome de inmovilidad se caracteriza por afectar a la capacidad funcional del paciente, limitando sus actividades de la vida diaria, las transferencias y la marcha. Generalmente, quien más lo sufre son pacientes de edad avanzada.
Las causas de sufrirlo son diversas, las más frecuentes: Artrosis avanzada general, fracturas de fémur, ICTUS, cardiopatías, diabetes, demencia y Párkinson, entre otros. También es muy común visitar al paciente en el domicilio con un diagnóstico de síndrome de inmovilidad después de un tiempo largo de hospitalización.
A causa de esta inactividad física del paciente, pueden aparecer varias AFECTACIONES en todo el cuerpo, como, por ejemplo:
- Problemas de rigidez articular y contracturas musculares
- Debilidad muscular
- Problemas de circulación como la trombosis
- Problemas digestivos como el estreñimiento
- Retención de líquidos
- Incontinencia urinaria
- Úlceras por presión
- Baja temperatura corporal
- Deshidratación de la piel
- Infecciones respiratorias
- Osteoporosis, fragilidad ósea
- Depresión
- Desaliento
- Confusión mental
¿Cómo podemos prevenir el Síndrome de inmovilidad?
- Es importante que el paciente lleve a cabo actividad física de forma regular: Ejercicios sencillos activos durante 10 – 15 minutos dos veces al día. El fisioterapeuta seleccionará los ejercicios más adecuados a cada caso.
- Es conveniente hacer marcha diaria, a ser posible fuera del domicilio y dependiendo del estado del paciente, adaptaremos la distancia. Por casa, se pueden hacer desplazamientos de forma segura y continuada, cada hora de estar sentado en el sofá, silla… recomendamos que el paciente se levante y que ande.
- Es necesario que el paciente incremente la ingesta de líquidos (agua, zumos naturales …), para tener una buena hidratación interna, pero a la vez también será importante tener cuidado de su piel con lociones hidratantes para aportarle la hidratación extra que la piel de la persona mayor necesita.
- Si es necesario podemos ayudar al paciente utilizando los productos de soporte necesarios para facilitar las transferencias, y la marcha.
Si tiene un familiar con dificultades para realizar alguna de las actividades de la vida diaria, con dificultades para levantarse de una silla o sofá, o con dificultades para andar, o sencillamente hace mucho de tiempo que se mueve muy poco… y presenta algunas de las afectaciones antes citadas
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