El ser humano está sometido a numerosos cambios en el decurso de la vida. Cambios biológicos, sociales, laborales… Estos hechos nos pueden abocar a situaciones en las cuales sentimos una gran inquietud, unas emociones que nos bloquean, nos hacen sufrir y pensar que no lo podremos soportar.
En este momento alguien nos aconseja de ir al psicólogo y es entonces cuando nos surgen muchos temores: qué quiere decir ir al psicólogo?; estoy loco?; en que me podrá ayudar?; es muy grave lo que me pasa?; me podrá entender?; o se pueden resolver mis problemas en un despacho?
También es muy común pensar que uno tendría que ser capaz de resolver sus conflictos de manera individual y tiende a sentir como si de una debilidad se tratara el hecho de buscar ayuda en un psicólogo; al contrario, ir al psicólogo implica mucha valentía porque significa afrontar los problemas de una manera diferente, con la idea de entender realmente qué está pasando.
Algunos de los motivos por los cuales una persona decide consultar a un psicólogo pueden ser:
- No encontrarse satisfecha con ella misma en algún sentido, por falta de autoestima, por dificultades en las interrelaciones, por ansiedad, miedos, etc.
- O cuando alguien tiene dificultades para dormir, ante molestias musculares, digestivas, migrañas, problemas de piel, etc. Esta sintomatología habla de sufrimiento psíquico.
Hacer el primer paso y pedir visita es la parte más complicada, el temor a no ser entendido, a que no sirva de mucho o en última instancia a derrochar nuestro dinero es a veces muy común, nada más lejos de la realidad. Ir al psicólogo significa mostrar un gran deseo de tomar las riendas de nuestras vidas, de saber más de nosotros mismos y de sentirnos más libres que es lo que en definitiva se consigue consultando a un psicólogo.
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