Como nos referíamos en Cambio emocional después de un ictus, el ictus es una enfermedad neurológica, ocasionada por la alteración de la circulación de la sangre en el cerebro. Los síntomas son diferentes, dependiendo de la zona del cerebro afectada y el grado.
Afasia
La AFASIA es el trastorno del lenguaje (después de ya haber sido adquirido) que aparece como consecuencia de una lesión del sistema nervioso central. Produciendo defecto o pérdida de la facultad de expresión, hablada, escrita o mímica; imposibilitando la expresión y/o la comprensión verbal.
“Etimológicamente el término AFASIA proviene del griego A-PHÁSIS y viene a significar privación de la palabra, entiendo ésta, no sólo como palabra de lenguaje, sino del lenguaje como comunicación” RONDAL J.A y SERON J. (1988). Transtornos del lenguaje. I. Barcelona, Paidós, vol1.
¿Qué comporta este trastorno?
El trastorno afásico comporta la afectación o pérdida de las funciones lingüísticas y de la propia comunicación. La percepción del paciente respecto a la realidad, del entorno familiar y las relaciones sociales se ve alterada, produciendo en mayor o menor nivel: ansiedad, frustración, impotencia y en ocasiones depresión.
Cómo ya dijimos en el anterior post: Los familiares y amigos deben transmitir tolerancia, cariño, afecto y mucha comprensión.
Un caso real
Olga Miguélez Domingo asiste a reeducación logopédica hace un año y medio.
El pasado 15 de mayo de 2015 sufrió un ictus con afectación del hemisferio izquierdo del cerebro, fue intervenida quirúrgicamente por cateterismo en el Hospital Clínic de Barcelona. Al cabo de una semana fue dada de alta y empezó logopedia en nuestro centro.
Inicialmente presentaba dificultad para encontrar el nombre de las palabras (anomia), su lenguaje era hipofluente y el ritmo del habla muy enlentecido, así como la intensidad de la voz.
La evolución ha sido positiva, ha mejorado notablemente en denominación, en el ritmo y en la intensidad del habla. No obstante, Olga nos explica cómo se siente en las relaciones sociales y familiares.
Olga tiene 48 años, está casada y tiene dos hijos de 8 y 4 años. Licenciada en Empresariales. Trabaja con su hermana al frente de un negocio familiar de veinticinco trabajadores, al cual se incorporó a los 4 meses de haber sufrido el ictus.
El antes y el después de un ictus
Yo antes tenía una facilidad innata…era elocuente…y ahora esto me falta.
Por ejemplo, voy por la calle y veo a la mamá de un compañero de mis hijos, quiero decirle algo y mientras pienso lo qué voy a decir, ya me ha dicho adiós y se ha ido.
He perdido la capacidad de improvisación…si quiero hacer una gracia ¡YA!, no puedo. Antes de decir una palabra, si es complicada, ya me “atabalo”…
Necesito tiempo.
Mi entorno directo está compuesto por mis hijos, mi marido y mi hermana. El resto van en otro “montón”.
A mis hijos creo que no les ha afectado mi post-ictus… A mi sí con respecto a ellos, en cuanto a que soy menos tolerante y tengo menos paciencia y a consecuencia les voy menos detrás, soy más permisiva…Al principio me cansaba mucho, tenían 3 y 7 años…
Mi marido me cuidó mucho cuando salí del hospital, pero a medida que fui mejorando…se le olvida que había sufrido un ictus y que éste trae con él consecuencias. Tengo menos paciencia, y tengo la necesidad de decir las cosas diferente…si discutimos digo las cosas diferente y las “recibo” diferente.
Con mi hermana ha sido parecido que con mi marido, aunque ella me ha sobreprotegido más tiempo. En cambio ahora muy a menudo tenemos confrontaciones…no hay un punto de acuerdo, antes lo buscábamos, ahora no…Antes discutíamos hasta que una ganaba, ahora yo ya no quiero ni discutir y eso ella no lo entiende…
ANTES era meticulosa y exigente, AHORA soy meticulosa pero con menos energía
El ICTUS me ha ayudado como persona…cosas a las que le daba mucha importancia, ahora no tanta…A la fuerza he aprendido a relativizar, ya sabía que se podía hacer pero no lo aplicaba…
La Olga de ANTES y la de AHORA es diferente
Como logopeda he conocido a la Olga de AHORA, un encanto de paciente, una madre ejemplar y una persona que tengo la gran suerte de que hace un año y medio entrara por la puerta de mi sala de logopedia.
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