En los últimos años, la visibilidad del universo femenino ha ido en aumento, y temas como la salud y la sexualidad de las mujeres han dejado de ser tabú. Las conversaciones y la información… sobre todo ello se ha empezado a normalizar. Hablamos de las pérdidas de orina, los dolores menstruales, la salud sexual, los dolores pélvicos que no son normales y que pueden tener solución.
Son muchas mujeres (y también hombres) que nos llegan a nuestra consulta con diversas afecciones relacionadas con su suelo pélvico, y por muy extraño que parezca, el desconocimiento de esta zona sigue siendo muy habitual.
Sin embargo, este gran desconocido es muy importante para nuestro bienestar físico y emocional, y en definitiva para tener una buena calidad de vida.
¿Qué es y como funciona el suelo pélvico?
Está formado por un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior, tiene forma de cúpula.
- Sostiene los órganos pélvicos en la posición adecuada.
- Es la musculatura encargada de la continencia urinaria.
- Tiene una importante función sexual.
Para que el suelo pélvico tenga una actividad normal, el resto de estructuras que forman las paredes de la cavidad abdominal tienen que estar en buen estado.
Y ¿a quién nos referimos?, estamos hablando del core.
El core son los músculos centrales del cuerpo (diafragma, faja abdominal, músculos de la parte inferior de la espalda y también el propio suelo pélvico).
La función de esta estructura es la de dar casi el 90% de estabilidad a nuestra columna y es el encargado de gestionar y transferir las presiones correctamente.
Es decir, si el conjunto de estructuras que pertenecen al core no funciona bien, están débiles o sobrecargadas, pueden provocar alteraciones a largo plazo como lesiones en la espalda, pérdidas de orina o descenso de nuestras vísceras.
¿Qué puede debilitar nuestro suelo pélvico y core?
- El embarazo y el parto.
- El sobrepeso.
- Malos hábitos posturales y sedentarismo.
- Actividades físicas de mucha presión.
- Estreñimiento crónico o alteraciones digestivas.
- Enfermedades respiratorias graves (tos crónica, tabaquismo).
Existen ejercicios específicos para mantener estas estructuras en buen estado e incluso rehabilitarlas si ha habido alguna lesión.
- Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer la musculatura del suelo pélvico, previenen los síntomas de incontinencia urinaria y ayudan a reconocer mejor tu zona íntima.
- La gimnasia abdominal hipopresiva y otros ejercicios funcionales realizados de manera correcta ayudan a fortalecer la faja abdominal y perineal sin riesgos, mejoran la salud de nuestra espalda, contribuyen a mejorar nuestro control de la respiración y nuestra postura.
Acudir a profesionales que te ayuden y te enseñen las mejores técnicas para cada caso es esencial.
Pero existen unos hábitos saludables que podemos seguir en nuestro día a día, para tener una buena salud perineal y un bienestar general. Estos son:
- Movernos, caminar y realizar ejercicios moderados van a estimular la regeneración muscular.
- Mantener una buena postura es “fundamental”.
- Debemos evitar el sobrepeso.
- Tener una buena alimentación, intentar no ingerir comidas procesadas (no excedernos con los azúcares, ya que son alimentos inflamatorios). Realizar una dieta rica en proteínas, verduras y fruta es lo ideal.
- Beber unos 2 l de agua al día.
- ¡Ir a hacer pipí cada 2.5/3 horas, no aguantarse!
- Dormir.
- Realizar ejercicios indicados por tu fisioterapeuta.
En definitiva, el suelo pélvico toma especial importancia en la vida de cualquier mujer y hombre, por lo que es imprescindible que lo conozcamos y lo cuidemos.
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