Proteínas, aspectos a favor y en contra

Muchas de las enfermedades de la sociedad actual son debidas a nuestro estilo de vida y la mayoría tienen su origen en trastornos metabólicos básicos. Es por ello que para controlar estas funciones metabólicas, debemos asegurarnos que disponemos de los nutrientes esenciales de nuestro organismo.

Uno de estos nutrientes imprescindibles, son las proteínas, y el organismo las utiliza sobre todo para la construcción y reparación de diferentes estructuras de nuestro cuerpo, como pueden ser los músculos, la piel, el cabello y las uñas.

Sin embargo muchas personas ponen en riesgo su salud por comer estas proteínas en exceso o en defecto.

A diferencia de otras sustancias, como pueden ser las grasas, las proteínas no se pueden almacenar en nuestro cuerpo y si hay exceso de ellas, deben eliminarse. Si bien disponemos de sistemas de eliminación eficientes, todo exceso de proteínas supone un cierto grado de intoxicación que provoca la destrucción de algunos tejidos, llegando a ocasionar enfermedad o envejecimiento prematuro, si este exceso se prolonga mucho en el tiempo. Los órganos que más se dañan si nos pasamos en el consumo de proteínas son el hígado y los riñones.

Es por ello, que para mantener un equilibrio adecuado en la ingesta de proteínas, sólo el 10-15% de nuestras fuentes de energía, deben proceder de las proteínas. Esto es fundamental para un crecimiento adecuado y para la reparación correcta de los tejidos corporales de nuestro organismo. Hemos de tener en cuenta también, que hay diferencias importantes entre las proteínas de origen animal y las de origen vegetal.

Proteínas aspectos a favor y en contra

 

Origen animal

Los alimentos de origen animal proporcionan proteínas que contienen un alto número de aminoácidos esenciales que no pueden ser elaborados por el propio organismo, por lo que deben ser aportados a través de la dieta.

  • Carnes, huevos y pescado
  • Leche y todos sus derivados
  • Crustáceos y marisco

Origen vegetal

Las proteínas que proceden de los alimentos de origen vegetal son de menor calidad porqué contienen menos aminoácidos esenciales.

  • Soja
  • Legumbres
  • Frutos secos
  • Cereales y derivados
  • Hortalizas y frutas

Una dieta equilibrada debe proporcionar tanto proteínas de origen animal como de origen vegetal.

El riesgo de las dietas con exceso de proteínas de origen animal es el alto contenido en “purinas”, que son sustancias tóxicas para nuestro organismo y que deben ser disueltas en el hígado y luego eliminarse por el riñón. Las “purinas” de las proteínas vegetales se producen en menor cantidad y se filtran y eliminan mejor.

Podemos afirmar pues, que una dieta alta en proteínas de origen animal aumenta la probabilidad de contraer determinadas enfermedades (sobre todo Cáncer y problemas cardiovasculares). Pero esta afirmación no es tan acertada dependiendo de nuestra edad. La ingesta moderada de proteínas de origen animal es recomendable para las personas, una vez superados los 65 años.

Diferentes estudios científicos han demostrado que las proteínas tienen un efecto diferente en el organismo, dependiendo de la etapa de la vida en las que se tomen.

Colágeno

La clave estaría en una proteína que controla la hormona del crecimiento. Los seres humanos producen una cantidad elevada de esta hormona hasta los 30 años, pero a partir de ese momento decrece su producción y disminuye en exceso a partir de los 65 años, y este déficit es el que contribuye al debilitamiento muscular.

Es por ello que debemos hacer mención especial a una de las proteínas más abundantes en nuestro organismo y que colabora en la función de soporte de nuestro cuerpo, aportando solidez y consistencia a nuestros músculos y articulaciones: el colágeno. Esta proteína sólo puede ser elaborada por organismos de origen animal. Como consecuencia de los procesos metabólicos en las personas de edad avanzada que son cada vez más lentos, el colágeno empieza también a disminuir, provocando carencias importantes que deben suplirse con una dieta algo más rica en proteínas de origen animal.

Entre los alimentos que son ricos en colágeno, encontramos el pollo, cerdo, pavo, pescado, vaca, cabra, caballo y buey. Y otros alimentos que no lo contienen pero sí estimulan su producción son las verduras, frutos y hortalizas rojas, alimentos con vitamina C y alimentos con azufre.

Dada la variedad de alimentos que lo contienen o que estimulan su producción, podemos garantizar un aporte adecuado para solventar la falta de esta proteína tan esencial y realizar una prevención eficaz de los síntomas del envejecimiento de nuestro cuerpo.

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