El habla es la expresión oral de una lengua, la emisión conjunta de cada uno de sus sonidos formando palabras.
Cuando hablamos de retraso en el habla nos referimos a la presencia de diversos sonidos (fonemas) que no se producen o combinan adecuadamente según lo que correspondería a la edad que presenta el niño. Si esto ocurre con varios sonidos a la vez, no entenderemos lo que el niño está diciendo. Las causas serán diversas:
Un ejemplo, el sonido R de “RANA”, resulta difícil de realizar si el frenillo de la lengua es muy corto, o si no está claro que se trata de un fonema en el que la punta de la lengua vibra contra el paladar, o si la percepción auditiva del mismo no es suficientemente buena para diferenciarlo de otros. En cualquier caso, el sonido acabará sustituido por otro más sencillo de producir para el niño y que se ejecute en el mismo sitio que la R, como la L. Este desfase evolutivo de los fonemas dará lugar a una dificultad mayor si no se interviene de forma precoz. Los mismos errores que el niño comete en el habla pueden traspasarse a la lectoescritura (grafemas) y escribir, siguiendo con el caso de la R, “la lana salta” en lugar de “la rana salta”.
Es importante hacer una detección temprana de las dificultades por parte de la familia, el pediatra o la escuela así como un correcto diagnóstico por parte del especialista logopeda que permita intervenir a los profesionales que convenga (logopeda, otorrinolaringólogo, odontopediatra y/o psicólogo) lo antes posible.
Rebeca Sánchez
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