En Navidad haz feliz a tu salud y muévete

Para quienes tengan la mala suerte que “incluso el agua les engorda” dicha muy popular, pero totalmente falsa, entre los que constantemente luchan contra los kilos de más, la época de Navidad, y no me refiero estrictamente a las fiestas, sino prácticamente desde la Purísima hasta Reyes, es cuando el factor de riesgo, llover sobre mojado, aumentan enormemente. Cuidad tu salud en Navidad. 

Tal y como nos explica la nutricionista, Cristina Sánchez, en Cómo compensar las comidas navideñas: “el consumo de calorías puede verse aumentado en 1000-1500 kcal por cada comida, Además, normalmente se suele disminuir la práctica de ejercicio físico por las vacaciones y falta de tiempo puesto que lo ocupamos a los preparativos y a la compra de regalos”.

Por este motivo, en el ecuador de la Navidad os damos algunas recomendaciones fáciles de seguir para que vuestra salud (y peso) no se resienta:

  1. Desterrar la frase tan nociva de “ya empezaré a hacer dieta pasadas las fiestas”.
  2. Ser consciente que no hay que hacer dieta, se tiene que poder comer y beber de todo pero cordura.
  3. Los días en los que no haya comidas familiares, se tiene que disminuir la ingesta de calorías tanto sólidas como líquidas. Potenciar las verduras, ensaladas, plancha…
  4. Beber más de dos litros de agua diaria e infusiones depurativas.
  5. Aumentar el nivel de ejercicio físico:

-Estos días son de aquellos que normalmente nos pensamos que no se tiene suficiente tiempo para hacerlo todo. Tenemos que desterrar esta creencia y la falta de tiempo la tenemos que compensar con una buena planificación. Diariamente tenemos que listar las tareas del día siguiente incluyendo un rato para llevar a cabo la actividad física específica (andar, bicicleta, gimnasio, etc.)

-Disminuir al máximo el uso del coche o de cualquier transporte rodado. Siempre que se pueda ir andando.

-Eliminar la utilización de los ascensores. Subir y bajar escaleras es una actividad muy saludable que consume muchas calorías

-Obligarse a andar a ritmo más rápido de lo normal al menos una hora diaria.

-Diariamente hacer ejercicios respiratorios puesto que mejoran el ritmo metabólico. Si lo combinamos con unos estiramientos suaves y diez minutos de relajación los beneficios serán más altos.

-Los días de comidas fuertes, no alargar la sobremesa, e instaurar la paseada familiar.

-Si somos usuarios de algún gimnasio, intentar ir cada día y potenciar las actividades aeróbicas.

Estos son días que en la mesa se sientan diferentes generaciones, quizás es uno de los momentos para transmitir a los más pequeños que el más importante no es la comida y el beber con desmesura, sino que lo esencial es el encuentro familiar, la armonía y la fiesta. La educación es la mejor herramienta que tenemos a nuestro alcance para incorporar los hábitos saludables. No perdamos la oportunidad.

Feliz entrada 2016

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