Si alguna vez has sentido dolor intenso y entumecimiento en la zona posterior de la pierna y región glútea, que empeora al sentarse o al cruzarse de piernas puede ser que te encuentres frente al síndrome del piramidal.
El síndrome del piramidal es una patología que se puede dar cuando aparece una contractura o espasmo sobre el músculo piramidal o piriforme, lo cual produce un atrapamiento o compresión del nervio ciático a su paso, causando dolor intenso y entumecimiento a lo largo de la pierna y del glúteo afectado.
Este síndrome se conoce también como el de la “falsa ciática”, por la coincidencia de muchos síntomas.
Tampoco podemos olvidar la existencia de puntos gatillo (puntos dolorosos, asociados con un nódulo palpable en una banda tensa del músculo) en el piramidal. Que aún en ausencia de compresión del nervio, darán un dolor referido en el mismo recorrido, aunque esta vez a diferencia del dolor de tipo ciático, no bajará más allá del hueco poplíteo.
El músculo piramidal o piriforme, está ubicado profundamente dentro de la región del glúteo y conecta el sacro con el fémur.
Nos podemos encontrar con los siguientes síntomas:
- Dolor, sensación de ardor o de hormigueo en el glúteo o detrás del muslo.
- Puede haber dolor en la zona lateral de la pierna.
- El dolor empeora al sentarse y cruzar la pierna afectada.
- Debilidad de la pierna y sensación de adormecimiento en la nalga o en la pierna.
Causas del síndrome piramidal
- Músculo piramidal acortado por falta de elasticidad.
- Debilidad de los músculos especialmente glúteos.
- Pasar demasiado tiempo sentado, puede provocar una compresión constante sobre el músculo piramidal, pudiéndolo irritar o activar sus puntos gatillo dolorosos (trabajos de oficina, transportistas…).
- Caída fuerte sobre la zona glútea y sacra.
- Sobrecarga por entrenamientos deportivos.
- Mala postura al correr (con la cintura doblada).
- Inyección en la zona glútea.
Tratamiento del Síndrome piramidal
- Realizar estiramientos y ejercicios flexibilizantes del piramidal y resto de músculos de la cadera. A continuación, os exponemos dos ejercicios muy efectivos:
- Desde la posición tumbado boca arriba, colocaremos la pierna del lado que queremos estirar encima de la otra pierna. Des de esta posición, nos cogeremos la pierna (del lado que no estiramos) con las manos y la llevaremos ligeramente hacia el pecho. Mantener 30’’ y repetir 5 veces.
- Desde la posición sentado en el suelo con la espalda recta, cruzaremos la pierna del lado que queremos estirar por encima de la otra. Con el codo del brazo opuesto empujaremos suavemente sobre la rodilla hasta notar el estiramiento en la zona glútea de la pierna flexionada. Mantener 30’’ y repetir 5 veces.
- Tratar la contractura muscular con técnicas no invasivas de presión de los puntos gatillos miofasciales (el fisioterapeuta localizará la banda tensa y buscará la zona de máximo dolor, para realizar presión con sus dedos). En caso necesario, de forma invasiva estos puntos gatillo se pueden tratar con punción seca.
- Realizar ejercicios para fortalecer la musculatura glútea y abdominal para estabilizar la cintura pélvica.
- Realizar ejercicios de movilidad para mantener todo el rango articular de la cadera.
- Evitar pasar demasiadas horas sentado (se aconseja realizar micro pausas cada 30/60 minutos, para evitar que se instale la contractura).
Bibliografía: - I. Martínez Bravo, D. Ruiz Maciá, P A. Martínez Victorio, J. Alonso Ruiz, M. Clavel Sáinz,. Diagnosis and treatment of pyriform syndrome. Rev. S. And. Traum. y Ort., 2007;24-25:18-23 - Hopayian K, Danielyan A. Four symptoms define the piriformis syndrome: an updated systematic review of its clinical features.Eur J Orthop Surg Traumatol. 2018 Feb;28(2):155-164. doi: 10.1007/s00590-017-2031-8. Epub 2017 Aug 23.
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