El azúcar está cada vez más extendido en la industria alimentaria y forma una gran parte en nuestro consumo diario ya que muchos de los alimentos y bebidas contienen niveles de este componente en mayor o menor medida. Hoy en día, el consumo diario se establece entre un 18 y 20%, unas cantidades desorbitadas en contra de lo recomendado por las Autoridades Sanitarias y la OMS, que se reducen a la mitad.
Podemos encontrar un primer grupo de alimentos ricos en azúcares compuesto por alimentos azucarados como pueden ser el azúcar de mesa, las chucherías, los caramelos, las bebidas azucaradas y bebidas para deportistas, zumos de frutas, bebidas lácteas, jarabes o siropes y cacao soluble azucarado.
También existe un contenido elevado de azúcares en otros muchos alimentos como mermeladas, dulce de membrillo, yogures azucarados, flanes, natillas, bollería, galletas y chocolates y cremas de cacao.
Y en último lugar pero no menos importante, una gran variedad de alimentos en los que no imaginamos que contiene azúcar pero viene camuflado para conservar ya que, además de endulzar, desempeña la función de conservante por su capacidad para inhibir el crecimiento microbiano. Esto lo podemos encontrar en su etiquetado de ingredientes. Es el caso de embutidos, algunos panes y algunos alimentos procesados.
Los riesgos de este exceso de azúcares en nuestra alimentación implica una peor calidad en la dieta y un mayor riesgo de obesidad. Además está vinculado en un mayor riesgo en caries dental, hipertensión, hipercolesterolemia y enfermedades vasculares, entre otras, tanto en población adulta como infantil.
Recomendaciones: Según la OMS los niveles de azúcar debe estar alrededor del 5 al 10% de consumo diario, esto implica, que en una dieta de 2.000 kcal/día, su consumo no debe sobrepasar las 100-200 calorías.
Consejos prácticos: Algunas medidas que podemos llevar a cabo sin que nos resulte difícil ni convertirse en una obsesión serían:
- Sustituir alimentos ricos en azúcares y procesados por aquellos menos azucarados y más naturales. Ejemplos: yogures naturales o si se prefiere condimentarlos con algo de azúcar moreno integral, reducir al mínimo el consumo de bebidas azucaradas, evitar el consumo de bollería en niños y sustituirlo por bocadillos y fruta,…
- Leernos detenidamente el etiquetado de alimentos mencionados anteriormente ya que en muchos alimentos que no imaginamos puede contenerlo.
- Reducir en gran medida o evitar el consumo de azúcar de mesa (cafés, yogures, pastelería hecha en casa). En algunos casos podemos tomar el alimento sin añadirle azúcar y apreciar más el sabor natural del alimento o si no es posible añadirle otro tipo de endulzante en vez de azúcar blanco refinado (azúcar moreno de caña integral, extracto natural de estevia o sirope de ágave, en su justa medida).
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