La articulación de la rodilla es compleja, frecuentemente presenta alteraciones en sus estructuras óseas, musculares y tendinosas.
Alteraciones más frecuentes
Las más usuales son: la artrosis o degeneración ósea en la edad avanzada, y las lesiones traumáticas (óseas, musculares y/o tendinosas) en la edad joven, con síntomas de dolor, incapacidad y dificultad para realizar las actividades de la vida diaria, como subir y bajar escaleras o alteraciones en la marcha.
Conceptos básicos
- Estructuras óseas: Cóndilos femorales, mesetas tibiales y rótula.
- Estructuras ligamentosas: Ligamento lateral interno, ligamento lateral externo, ligamentos cruzados anterior y posterior en forma de X, que conjuntamente con la cápsula articular estabilizan la rodilla en sentido anteroposterior y lateral.
- En el interior de la rodilla entre los cóndilos femorales y la meseta tibial, encontramos dos meniscos (interno y externo). Son dos láminas cartilaginosas que facilitan el movimiento, amortiguan y distribuyen el peso corporal.
- Los movimientos de la rodilla son de flexión y extensión, con la participación de los músculos cuádriceps, isquiotibiales y gemelos, principalmente.
Prevención
Para prevenir posibles alteraciones, se recomienda realizar diariamente los ejercicios que os proponemos de la siguiente forma:
- Dedicar un tiempo concreto del día a realizar los ejercicios. Sugerimos que se hagan al inicio de la jornada. Es importante crear el hábito.
- Aconsejamos que se hagan de forma lenta y acompañados de la respiración (inspirar por la nariz y expulsar el aire por la boca).
- Realizar entre 5 y 10 repeticiones por ejercicio.
- No provocar dolor, efectuar el movimiento hasta el inicio de molestias.
- Es fundamental seguir las normas de prevención y protección de la rodilla durante las actividades de la vida diaria.
- Ante cualquier duda consúltenos.
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