No hace muchos días vi por televisión un programa donde una periodista iba por la calle y de forma simpática llamaba la atención a las personas que estaban haciendo deporte y no tomaban las medidas de protección adecuadas.
Pensé: “no es posible que hoy en día haya personas tan poco informadas, “solamente sacan las que lo hacen mal”. Pero lo quería constatar, para hacerlo me situé en lugar estratégico donde la práctica del deporte es muy frecuente (andar, correr, bicicleta, patinete y patines básicamente) anotaba todas las situaciones que “a priori” parecían incorrectas. La hora de observación fue entre las 12 y las 13 horas y la temperatura según mi smartphone por encima de los 30 grados. Pues bien, el resultado fue espectacular, un porcentaje importante de deportistas no cumplían alguno de los principios básicos de protección (los que yo podía observar). Los errores más frecuentes eran:
- No protección en la cabeza o protección insuficiente (nuca y orejas sin cubrir)
- No gafas de sol
- No bidón o botella de agua
- Ropa oscura
También podría citar la anécdota de un señor que corría con una especie de faja en la zona abdominal, supongo para activar la producción de sudor. Gran error.
Obviamente no pude comprobar la protección de la piel, el tipo de ropa, qué alimentación se había hecho antes de practicar la actividad física, o si se habían realizado estiramientos…
El verano naturalmente, como cualquier época del año, es un buen periodo para iniciarnos en la práctica de la actividad física, para seguirla haciendo e incluso para realizar aquellos objetivos que tenemos en cartera. En términos generales se tienen que respetar unos principios comunes, como son:
- Procurar hacer la actividad antes de las 12 del mediodía o después de las 17 horas.
- Utilizar crema con filtro solar por encima del 30. Es muy recomendable consultar con un dermatólogo para adaptar el filtro al tipo de piel. La crema se tiene que poner 30 minutos antes de la exposición y renovar cada dos horas. No olvidar orejas y nuca.
- Siempre usar gorra o sombrero de ala ancha. Protección de las orejas y la nuca.
- Utilizar gafas de sol homologadas (evitar imitaciones) con protección UVA y UVB por encima del 90%.
- Ropa adaptada al tipo de deporte, pero preferentemente clara y que permita una adecuada transpiración. En la montaña cada 300 metros de altura se incrementa un 4% el poder de las radiaciones UVA, por lo tanto es recomendable manga larga y pantalones largos.
- La hidratación es fundamental. Se tiene que beber antes, durante y después de la actividad. Siempre a pequeños tragos. Si la actividad es inferior a una hora se tiene que procurar que cada 15 minutos se ingieran 125cc de agua. Si la previsión es por encima de los 60 minutos, se tienen que compensar las sales perdidas con bebidas isotónicas. No se tiene que esperar nunca a tener sed para beber, puesto que es un indicador de deshidratación.
- Los estiramientos antes de salir y una vez finalizada la actividad son un preventivo de posibles lesiones.
- Siempre traer un documento identificador con un número de teléfono de la persona que se tiene que avisar en caso de accidente.
- Si se tiene alguna enfermedad crónica, de cualquier tipo, consultar con el médico de familia.
- Se tiene que ser prudente y conocedor de las posibilidades de cada cual, los retos mal calculados son una causa frecuente de accidentes, lesiones y de situaciones no deseables.
- Si se hace el deporte por la ciudad evitar las horas de máxima contaminación.
- Las bebidas con altas dosis de cafeína, de azúcar y de alcohol pueden hacer perder más líquido corporal.
Además, de todo lo que se ha dicho es muy importante el sentido común, intentar disfrutar al máximo pero sin riesgos, socializar la actividad haciéndola con amigos, familia y otras personas afines y sobre todo tener presente que el deporte no tiene que ser una flor de verano, se tiene que contemplar como un hábito saludable y realizarla de forma continuada.