Tal y como comentábamos en Dieta pre-veraniega es importante seguir una serie de pautas razonables sin dejarse llevar por dietas o consejos peligrosos para nuestra salud que la mayoría de ocasiones se llevan a cabo por desconocimiento y con el único objetivo de perder peso de una manera fácil y rápida antes de comenzar el verano.
Esto solo nos puede llevar a causar el llamado ‘efecto rebote’ y lo que es más preocupante, ciertos desajustes metabólicos.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que podemos conservar una serie de aspectos de vida sana tanto a nivel de nutrición como de ejercicio físico a lo largo de todo el año y no pretender perder peso en muy poco tiempo y de forma desmesurada por no haber logrado un mantenimiento durante el resto de meses.
Consejos prácticos para perder peso en una dieta saludable:
- Comer 5 veces al día: Es importante no saltarse comidas con tal de disminuir la sensación de estómago vacío y la ansiedad entre horas.
- Comer fruta entre horas para favorecer el mantenimiento de una insulinemia constante.
- Control de carbohidratos: Disminución de alimentos ricos en éstos y un consumo adecuado de proteínas favorece un aumento del gasto energético inducido por los procesos metabólicos.
- Consumo controlado de grasas: Debido a su alto contenido en calorías es recomendable disminuir la ingesta de grasas (embutidos, carnes grasas, fritos…). En cuanto al aceite de oliva, dos cucharadas soperas al día serían suficientes para cubrir las necesidades de ácidos grasos esenciales.
- Hidratación: Beber abundante agua (1,5–2L) para así favorecer una sensación de plenitud gástrica y mantener una correcta hidratación.
- Formas de cocinado: Evitar cocinar con abundante aceite y frituras, optando por cocinar a la plancha, vapor, hervidos, horno, papillote,…
- Azúcares: Eliminar el consumo de alimentos ricos en azúcares y el azúcar simple, sustituyéndolo por edulcorante (stevia).
- Ejercicio físico: Favorece a una pérdida de tejido adiposo minimizando además la pérdida de masa muscular.